El propietario de esta vivienda unifamiliar en Calonge tenía claro que quería una tarima de ipé. Es una madera que se ha utilizado durante mucho tiempo y muy conocida por aguantar bien el exterior.
La piscina ya estaba construida. Acompañarla de una tarima de madera natural aporta calidez al conjunto, además de la comodidad de poder andar descalzo sobre un material que no se recalienta al sol.
Los 200 m2 de tarima se distribuyen en una zona de piscina y otra zona lounge. En este proyecto resultó interesante resolver la transición entre la tarima y la piedra natural. Viktor Shundik, propietario de Fusta Floor, recortó la madera para que realizara el mismo dibujo que la piedra, y quedara perfectamente encajada, dejando un espacio de dilatación para adaptarse a los movimientos causados por la climatología.
Podéis observar en este proyecto las tonalidades rojizas del ipé, que aporta gran personalidad a cualquier espacio. Se trata de una madera procedente de bosques controlados del Brasil, que cuenta con certificaciones ambientales. El propietario quedó encantado con el resultado final, y hemos empezado a hablar para un nuevo proyecto en este jardín. ¡Os iremos contando!
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